domingo, 22 de abril de 2012

PUCELA, PISUERGA ... LEYENDA

Valladolid siempre será la ciudad donde viven los recuerdos de mi adolescencia y de mi madurez. Sin embargo, fue necesario que regresara a la ciudad como una turista más para que la viera con los ojos de quien lleva muchos años fuera de ella.
Puente del Poniente
Tantos paseos por las riberas del Pisuerga, tantos trasiegos por sus puentes ... y nunca la había visto con los ojos del turista.
"La Leyenda del Pisuerga", que tan poca aceptación tuvo en el momento de su implantación, fue la nave que me llevó a hacer un recorrido que en ningún modo hubiera disfrutado de no haber actuado como un turista más.
Las riberas del rio cambian de manera absoluta vistas desde la nave. Puede que el Pisuerga nunca haya sido una leyenda y, en todo caso, no más leyenda que la de cualquier otro río en cualquier otra ciudad porque, como suele ocurrir, la presencia de un caudal de agua, a lo largo de la historia, ha sido causa de asentamientos.

Margen izquierdo a su paso por el Puente del Poniente
Leyenda o no leyenda, lo cierto es que fue ese barco a vapor el encargado de mostrar las riberas de la ciudad desde una perspectiva que no había imaginado. Me gusta, cuando voy a otras ciudades y es posible, conocer la ciudad desde la perspectiva que muestra estar situado en la mitad de su río. Pasear bajo sus puentes y ver las siluetas de la ciudad reflejadas en las aguas de la corriente que te arrastra es una imagen que relaja la vista y los sentidos. Si, además, haces el recorrido a esa hora en la que la luz del sol confiere una especial tonalidad dorada al perfil arquitectónico, hasta la más miserable de las construcciones muestra la inusual belleza que le otorga mirarla bajo el prisma dorado del atardecer.

La Leyenda del Pisuerga. Aspas

Que Valladolid no es Roma, o París, es evidente; sus puentes no pueden ser comparables a los puentes de cualquiera de estas dos ciudades. Sin embargo, dejarse llevar por la corriente que salvan nos recuerda someramente los románticos paseos por el Sena o por el Tiber.

Al final, esa idea que tanta detracción tuvo resulta que se convierte en algo romántico, idílico, que muestra una ciudad desconocida. Claro que quizás esta sea la visión ofrecida a los ojos del turista y desconocemos, u obviamos, la visión que de la Leyenda del Pisuerga tienen los pucelanos. 

Margen izquierdo, a su paso por el puente Juan de Austria
Probablemente no sea tan romántica y no esté destinada a ver la ciudad con la belleza del visitante. Es posible. Pero hoy que La Leyenda del Pisuerga lucha por salir adelante en estos tiempos de crisis en el que todos estamos inmersos, quizá sea bueno recordar que lo que otras ciudades han sabido potenciar y utilizar como un gran recurso turístico ¿porqué no podemos hacerlo nosotros?.

Los recursos de cualquiera de nuestras ciudades son inmensos, así que  sólo es necesaria un poco de imaginación y muchas ganas de no quedarse anquilosado en un pasado que, desde luego, aunque pueda ser nuestro presente, no tiene porqué ser nuestro futuro. 


2 comentarios:

  1. No conozco esa leyenda!, yo que soy tan aficionda a ellas, me encantaría que nos la contaras y relataras, seguro... que hay mas gente como yo que no la conoce. besos.luisina

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  2. Tampoco yo la conozco. Pero he visitado Valladolid muchas veces. Tengo en ella un par de buenos amigos

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