miércoles, 30 de enero de 2013

Los Miserables

NO. No es que esté dejando de leer. Es, sencillamente que últimamente no termino ningún libro. Será que hay demasiados abiertos y ... ya se sabe.

De cualquier manera, y como lo que sí he hecho es ir al cine, aprovechando que contrariamente a lo que suele suceder en esta ciudad en la que vivo, en la que no disfrutamos mucho de cine de calidad, sí hemos tenido la suerte de gozar de espléndidos trabajos, quiero dejaros el comentario de Los Miserables.

Ganas tenía, realmente, de ir a ver el musical. Desplazarse a Madrid, aunque cada vez es más fácil, también es cada vez más caro, así que, puesta en cartelera ¿porqué no?

Realmente, sólo puedo decir de ella que es Espléndida. Volvería a verla sin dudarlo.

Los actores magníficos, todos. La puesta en escena, la adaptación, la ambientación ... es francamente buena.

Si en León existiera esa sana costumbre, lo único que le faltó fueron los aplausos al final del film.

Pero a falta de aplausos, hubo quien lanzó un Vive la France  gustosamente secundado.

domingo, 6 de enero de 2013

LOS REYES MAGOS

Navidad, Año Nuevo, Reyes ...

Buenos deseos por parte de todos.

Esperanza compartida.

Necesidad imperiosa de creer que, realmente, todo va a cambiar.

Mientras tanto, los Reyes llegan pobres a los hogares.

Los comercios se resienten de la compra de Sus Majestades.

Los niños están sensibilizados con la palabra "crisis" y, en ese idioma mundial y sincero que es el de los niños, escriben en sus cartas "... de los tres regalos que os pido, mirar a ver si podéis traerme, al menos, dos ...".

Y los Reyes cumplen.

Porque, a pesar de todo, de la crisis, de las mentiras, de la esperanza, de la desesperanza ... siguen creyendo que la ilusión de un niño sigue siendo lo primero.

Y cumplen. Con menos presupuesto, por supuesto. Con regalos más económicos, por supuesto. Pero sabiendo que, en el mundo de los niños, un regalo es un regalo, cueste lo que cueste y sea lo que sea. Es un regalo.

Por eso los Reyes seguirán cumpliendo, cada año, como siempre, digan lo que digan los economistas, los políticos o los responsables de que este mundo vaya como va. Porque ellos, como siempre, son sinónimo de ilusión.

Si los sueños y la mirada inocente e incrédula de un niño tuviera un precio, hoy, en Reyes, la crisis habría tocado el final.