martes, 19 de noviembre de 2013

DISPARA. YO YA ESTOY MUERTO

Bueno, pues ya he finalizado la lectura del libro del momento.
Julia Navarro, escritora prolífera con muchos adeptos, no ha conseguido en esta ocasión captar mi atención.
Sus casi 1000 páginas no hacen honor a la pluma de la autora y no consiguen atraparte en una historia que se promete interesante. A través de dos sagas familiares (judía y árabe) busca introducirnos en lo que fue la represión judia desde mucho antes de Hitler, la convivencia de ambos pueblos y el conflicto que se establece entre ambos.
Dos sagas, dos pueblos, que miran a través del mismo cristal para ver cosas distintas. Un hilo conductor que busca, no tanto la comparación desde uno y otro lado, como sí el entendimiento desde uno y otro lado, pero tan pobremente desarrollado que no logra esa misión que pretende.
Simula la trama a "Dime quien soy", pero no lo alcanza.
Y en medio, dos familias distintas que se quieren pero que, sin embargo, no son capaces de renunciar a sus creencias, a su historia, a sus costumbres. Amistad inquebrantable que no sobrepasa determinados límites, pese a quien pese. Amistad que no deja de ser reflejo del devenir de la historia para con los pueblos.
Es cierto que ofrece muchos datos de cómo fue el proceso por el que nació el estado de Israel y que nos ayuda en la comprensión de un problema que, las más de las veces, se presenta mediatizado. Pero, desde mi punto de vista, demasiados datos quizás, ya que la novela gira en torno a la Historia y no la Historia en torno a la novela.
La frase que más se repite en la novela "Hay momentos en la vida en los que única manera de salvarse uno mismo es muriendo o matando" no deja de ser la aplicación práctica de la puesta en escena de una idea, una creencia.
Se hace excesivamente lenta y larga. A esta obra le sobran la mitad de las páginas y le falta una trama mejor construída y más dinámica.
Eso sí, a través de varias generaciones, Julia Navarro consigue que en ningún momento nos perdamos con los personajes. Siempre sabemos ubicarlos en el momento y lugar exacto en el que se desarrolla la novela.
Y otra cosa más. El final. En ningún modo sospechado.

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