domingo, 6 de mayo de 2012

LA CASA DE LOPE

 Viajar a Madrid puede ser mucho más que pasear por la Calle de Alcalá o respirar el ambiente de El Retiro. Perderse por sus calles con sabor cañí tiene el encanto de lo cercano dentro de una gran urbe. Y es que en Madrid hay que perderse. Conocer esas pequeñas cosas que se hacen invisibles a fuerza de estar dentro de lo grande.

Realmente, en este caso, fue por casualidad que encontré cómo pasar una tarde, o una mañana, que lo mismo da, en un Madrid distinto. Qué hacer en Madrid que no haces habitualmente. Pues, por ejemplo, visitar la casa de Don Lope de Vega.

Lugar entrañable ubicado en una zona con sabor a Madrid, sin duda. Plagada de historias de la historia. Calles que, por el mero hecho de haber sido pisadas por tan insignes personas, ya son merecedoras de una placa.  Te acercas a la casa museo de Lope de Vega y te encuentras con ese entorno encantador que ya muestra cómo dos grandes rivales fueron capaces de convivir, casi casi, puerta con puerta.
Y es que otro grande de las letras españolas, D. Miguel de Cervantes, vivió, como quien dice, a la vuelta de la esquina de D. Lope. Te imaginas determinadas escenas provocadas por el carácter de ambos personajes. Las idas y venidas de D. Lope con sus devaneos, que muchos fueron, en ese Madrid de entonces donde el "agua va" no debía de hacer las calles tan románticas y encantadoras como hoy las vemos y que, sin embargo, fue capaz de hacer nacer hermosas palabras en estas insignes plumas.
Visitar la casa de D. Lope es, además, gratuito. Eso sí, es necesario reservar la visita con antelación ya que se trata de una visita guiada. La visita tiene otro aliciente: la amabilidad del personal encargado tanto de realizar la visita guiada como de recibirte.

Aquí os dejo unas frases de D. Lope y el enlace para que podáis disfrutar de una apacible visita en ese Madrid distinto.

No quiso la lengua castellana que de casado a cansado hubiese más de una letra de diferencia.

No sé yo que haya en el mundo palabras tan eficaces ni oradores tan elocuentes como las lágrimas.

A mis soledades voy,
de mis soledades vengo,
porque para andar conmigo
me bastan mis pensamientos.

casamuseolopedevega@madrid.org

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