Accesible, como un buen amigo, de esos que escasean.
Y tremendamente lleno de vida, de esperanza y de amor.
Personajes cotidianos que se muestran con sus debilidades y sus virtudes, vistos siempre desde un prisma positivo. El amor y las ganas de morir y de vivir. El amor que sólo mira hacia el interior, no hacia la efímera belleza externa que tanto valora nuestra sociedad.
La eternidad vista en nuestros hijos.
La cabeza fría y los pies calientes cuando subes, subes y subes … pero tienes la suficiente madurez para no olvidar que has estado ahí abajo y sigues siendo tú misma.
Una historia, en definitiva, dulce y … delicada.
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