Pero ahora quiero hablar del gran tema de mañana: la HUELGA GENERAL convocada por las centrales sindicales y, parece mentira que en un país en el que teóricamente no existe la restricción comunicativa sí resulte tremendamente difícil decir determinadas cosas.
Principalmente, porque aquí no hablamos de "prohibición", "restricción", "censura" ...
No. Aquí somos más abiertos, más democráticos, más libres. Aquí decimos "no es políticamente correcto".
Principalmente, porque aquí no hablamos de "prohibición", "restricción", "censura" ...
No. Aquí somos más abiertos, más democráticos, más libres. Aquí decimos "no es políticamente correcto".
Y en ese concepto podemos englobar casi todo.
En fin, a lo que vamos. Que quiero hacer una reflexión sobre la huelga y me encuentro con que no se si puedo decir lo que quiero decir.
Vamos a hacer el intento.
Mañana, jornada de huelga. Derecho de los trabajadores conseguido tras arduas luchas, en las que me incluyo. Mañana, jornada de desolación para unos y de asueto para otros. A lo largo de todo el día, y principalmente al final del mismo, unos y otros -empresarios y trabajadores- afirmarán haber ganado la partida. No quiero entrar a juzgar los datos que se nos ofrecen. Simplemente, propongo que nos paremos a pensar en lo que no nos cuentan pero vemos a nuestro alrededor. Mañana, todos deberíamos preguntarnos cuál ha sido el seguimiento de la huelga según lo que hemos visto.
De cualquier manera, y nos vendan el seguimiento que nos vendan, a nivel individual deberíamos preguntarnos cómo es posible que hayamos pasado de luchar para tener representación sindical, de que se reconozcan nuestros derechos como trabajadores y personas a un empleo digno, a una cobertura sanitaria y social, a un horario y unas condiciones justas... como es posible, repito, que hayamos pasado de luchar para conseguir todo eso a una situación en la que estamos a punto de perder todo lo que hemos conseguido.
En esta guerra, sabiamente nos conducen al eterno enfrentamiento público-privado. Y digo sabiamente porque la rencilla, en este caso, está servida.
Por mi parte, nada que decir de la función pública. Faltaría más. Nada que decir, tampoco, del sector privado. Faltaría más. Para los que deseen ahondar en el tema de las hipotéticas diferencias, aquí tienen materia de estudio http://www.linkinho.com/cAQA
Pero lo cierto es que cabe la reflexión y es que algo de culpa tendremos todos, centrales sindicales incluidas.
Y sino, les invito a que visiten este link http://www.linkinho.com/cAQd y, después, sin acritud, con la cabeza fría, nos preguntemos ¿porqué?