El Dibamóvil en el patio del Colegio Lo Prado |
Los niños de Lo Prado accediendo al Dibamóvil |
Resulta particularmente emotivo observar cómo los pequeños acuden impacientes a su "Dibam". Hoy, además, el Dibam traía un aliciente añadido: unos españoles venían de visita con el Dibam y podrían conversar con ellos.
Suben, preguntan, sonríen, miran interesados los libros, se sientan en el suelo a hojear su elección y hacer una valoración seria de si conviene llevar o no ese libro. A lo mejor es conveniente cambiarlo por otro.
La responsable del Dibamóvil con una alumna |
Algún niño lo ha leído y comenta sus impresiones. Son espontáneos, sanos, cariñosos, sin medias tintas ... son niños.
Tratan los libros como si fueran un tesoro, su tesoro, con el cariño de quien desea que ese bien tan preciado le dure por toda una eternidad.
Un detalle enternecedor: una niñita baja del Dibamóvil y nos muestra los libros que ha sacado, al mencionarle que tiene los cordones desatados se agacha para atárselos, va a depositar lo que tiene en las manos en el suelo pero se da cuenta que son libros, se levanta y extendiendo sus manos, nos dice "¿me los sujetan, por favor?".
Una maestra de Lo Prado y sus alumnos en el Dibamóvil |
La hospitalidad con la que nos acogieron fue enorme y hay que valorarla en su justa medida.
Maestros, alumnos, conductores y bibliomovileros sencillamente, nos agasajaron. Compartieron con nosotros todo lo que tenían: su tiempo, su colegio, sus clases, sus experiencias, sus bibliomóviles ... y su mesa.
Para nosotros fue un placer hacer un recorrido por las distintas clases del Colegio Lo Prado y responder a las inteligentes preguntas que planteaban sus alumnos.
Alumnos en una clase |
Ha sido una experiencia enriquecedora y gratificante. Este servicio, en Chile, en España y en cualquier otro país, es un elemento indispensable para que la cultura llegue a las zonas más inaccesibles de nuestra geografía haciendo posible que niños y adultos disfruten y dispongan de los mismos medios que se ponen a disposición de aquellos que viven en núcleos urbanos donde la accesibilidad a la cultura está garantizada.
La importancia de la labor que realizan es incuestionable. El cariño con el que la población recibe al bibliomóvil es un claro reflejo de la valoración de este servicio.
Hay que quitarse el sombrero ante todos los que están implicados en hacer posible esta gran labor social.
Considero muy importante introducir pronto a los niños en la lectura (lectura escogida por ellos, a la carta,)porque así serán lectores toda su vida. Y de mayores se nota -positivamente- quiénes son asiduos los lectores.
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