Pisar estas tierras, pasear por estos y otros templos supuso para mí una emoción dificil de explicar. Pasión por Egipto. Sin duda. Pero pisar ese suelo y tocar esas columnas, con la ardiente y suave brisa del Nilo acariciándote la piel, me hizo sentir el privilegio de pasar a ser un ínfimo grano en la arena de la historia.
Que envidia!, yo algún día no muy lejano espero también visitar esas tierras pues la cultura egipcia me apasiona. Soledad, es usted una agradable caja de sorpresas para mi. besos. luisina
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