sábado, 13 de septiembre de 2014

TORUN. POLONIA

Casa natal de Copérnico
A pesar de ser una ciudad desconocida para nosotros y que no suele encontrarse en los recorridos típicos que ofrecen las agencias de viajes, la ciudad que vio nacer a Copérnico, hoy patrimonio de la Unesco, es un atractivo núcleo de población que se encuentra situado a ambas orillas del Vistula. Su historia, como es habitual en Polonia, está llena de interés histórico y cultural.

Como todas las ciudades de centro Europa, su riqueza arquitectónica ofrece un gran atractivo; este aspecto, unido al indiscutible interés que despierta ser la  cuna de tan insigne hombre, hace de ella un lugar preferente y que no debemos perder cuando visitamos Polonia.
 Torun es una ciudad para recorrer caminando. Sus dimensiones, siempre hablando del casco histórico, son perfectamente  asumibles y abarcables.

Ayuntamiento. En el centro de la plaza vieja
Entre las cosas destacables para ver, la catedral, los restos de la muralla, los graneros góticos, la casa de Copérnico, la plaza vieja con el ayuntamiento, la universidad... pero lo mejor de Torun está en recorrerla despacio y con la mente abierta. En cada calle, en cada rincón, encontrarás alguna pequeña joya que llamará tu atención y te hará disparar el objetivo sin pensártelo ni una sola vez.

Las calles que recorres están impregnadas de un ambiente excepcional que se mezcla con la historia de siglos de un pueblo magnífico. 
El violinista que hizo huir a las ranas

Entrar en la plaza vieja y ver el magnífico ayuntamiento exento del resto de la plaza, justo en el centro de la misma, como si de una catedral se tratara, no te dejará indiferente.

En esta misma plaza y sus alrededores podrás ver cómo la ciudad rinde homenaje a Nicolás Copérnico, su personaje histórico por excelencia, y como se levanta una curiosa escultura de bronce de un violinista en una fuente flanqueada por ranas. Curiosa historia que, similar al flautista de Hamelin, relata cómo este flautista, con su música, fue capaz de alejar a las ranas que invadían la ciudad.
Torre inclinada (al fondo)

Y si piensas que la única torre inclinada del mundo es la de Pisa, en Torun podrás comprobar que no es así y que, junto a los almacenes góticos, se encuentra una pequeña torre inclinada. Muy distinta a la de Pisa, eso es cierto, pero no menos bella en su conjunto.

Está unida a la muralla y tiene una altura de 15 metros y una inclinación de 1,5 metros con respecto a su eje  vertical.

Data del siglo XIV.


Almacenes góticos


Los almacenes góticos, que sirvieron de "granero de Europa" están estratégicamente ubicados al lado del Vistula, lo que facilitaba el transporte del grano y su almacenaje.

Podría seguir hablando de Torun largo y tendido, pero vamos a dejarlo aquí. Una ciudad preciosa que merece la pena visitar.

Y si tienes la posibilidad de quedarte hasta el atardecer, verás una ciudad dorada como sólo las de estos lares saben serlo. 
Y puedo asegurarte que no te pesará.





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