No puedo opinar sobre la película que ha generado la obra, pero sí sobre la obra. No se si el título es lo más acertado, ya que no le veo las ventajas que el mismo proclama.
Lo que sí le veo es la excelencia de la escritura, de la trama y del mensaje.
Valores universales como la amistad hacen que alguien introvertido conozca y se adentre en el mundo valiente y osado de los adolescentes. El amor sin límite de la familia, de los hermanos, pese a todo, pone a prueba a los protagonistas.
La confianza y la fé en Charlie, el protagonista, de alguien mayor que él, en este caso su profesor, hace que de verdad crea en sus autenticos valores y aptitudes, sy acan a la luz a alguien que parece desconocer.
Las cartas a un amigo imaginario, en las que se desgranan los sabores y sinsabores de su incursión adolescente a través de sus amigos, nos irán descubriendo los entresijos de un personaje inteligente que vive marcado por hechos que no recuerda.
Maravillosamente escrita, te sorprenderá el final, aunque te deje un sabor agridulce por lo inesperado. Sin embargo, el mal sabor se supera con la valentía del personaje al ser capaz de enfrentarse con una realidad que ha preferido mantener escondida en esos lugares recónditos de su memoria.
viernes, 29 de marzo de 2013
sábado, 23 de marzo de 2013
SEMANA SANTA DE VALLADOLID
La Semana Santa de Valladolid tiene algo especial. Especial por la calidad de las obras que recorren sus calles, obras llenas de sentimiento que se suman al sentir popular, a la religiosidad, y hacen que la sensibilidad aflore en cada uno de los poros de nuestra piel.
Su calidad es tanta que algunas se encuentran dentro del Museo Nacional de Escultura Policromada; otras en Iglesias y Conventos, pero, todas, sin excepción, forman parte del conjunto escultórico de la imaginería castellana. Obras de arte que pasean por las calles de Valladolid rodeadas respeto, recogimiento y la música triste y doliente de las cornetas.
No en vano ha sido declarada de interés turístico nacional.
Especial porque los toques solemnes de cornetas y tambores acompañan las imágenes; y junto al sonar triste y seco de la música, el silencio respetuoso de las gentes mientras observan, calladas, el paso de imágenes, cofrades, manolas y penitentes.
Especial porque las procesiones también muestran la Fé, la esperanza en los penitentes que soportan el dolor y el sufrimiento de su promesa. Promesas hechas, la mayor parte de las veces, junto al lecho de alguien amado, querido. Promesas que los llevan a portar la cruz, descalzos, durante horas, bajo el frio de las tardes castellanas.
Promesas que, en unos casos, implican haber alcanzado el favor pedido; en otros, no son sino una esperanza continuada de que ese favor se cumpla.
Esperanza y fé, en cualquier caso, que sobreviven a los tiempos en los que ya en nada creemos y donde hemos perdido toda esperanza en el ser humano y en un Dios que no vemos.
Hombres y mujeres que son capaces de soportar lo insoportable por ver cumplida esa esperanza.
En la Semana Santa de Valladolid no se admiten las estridencias, ni la fiesta, ni la introducción de elementos nuevos porque están de moda. La Semana Santa de Valladolid mantiene el respeto y el recogimiento de sus inicios. Impresionan los sonidos de las cornetas y las carracas, rodeados de fieles y visitantes que contemplan el paso de las cofradías y, aún así, ese silencio sepulcral que puede cortarse.
He visto otras procesiones de Semana Santa pero ninguna me impresiona tanto como la de Valladolid, ni siquiera la de Sevilla.
Hace muchos años, cuando yo era una niña, mis padres nos llevaban a ver las procesiones que salían de madrugada; la imagen de los cofrades y del paso frente a La Antigua, en un silencio absoluto, con cientos de personas allí presentes, es algo que dificilmente podré olvidar.
Cuando siento la necesidad de rezar, de pedir algo a ese Dios desconocido en quien necesitamos creer en momentos desesperados, siempre viene a mi mente esa imagen de silencio y respeto, de recogimiento interno en medio de una gran ciudad, sin un ruido, sin una palabra, sin una voz... que te permite escuchar a tu yo interno.
No hace falta ser religioso para vivir y valorar la Semana Santa de Valladolid en su justa medida. Ocurre lo mismo que con el Camino de Santiago. Sólo hace falta ser capaz de ser tu mismo.
Por si quieres saber más de la Semana Santa de Valladolid, aquí te dejo este enlace. En su inicio, unas letras del magnífico Delibes, que ya alabó esta Semana con palabras mucho más certeras que las que yo puedo escribir.
http://www.jcssva.org/
jueves, 21 de marzo de 2013
IÑAKI GABILONDO, hoy, en la SER
Hoy, en la Ser, Iñaki Gabilondo ha dicho lo que muchos pensamos y no nos atrevemos a decir. ¿Qué somos para los gobiernos? ¿Qué somos para los bancos? ¿Dónde está la tan traída y llevada "humanidad"?
Pincha sobre el enlace para escucharlo.
domingo, 17 de marzo de 2013
TU Y YO, de NICCOLÓ AMMANITI
A algunos libros les sobran muchas páginas. Algunos ni siquieran debieran salir de imprenta, peo Tú y yo, de Niccoló Ammaniti tiene todas las páginas que necesita, ni una más ni una menos.
Temática difícil y sensible tratada de manera magistral. Algunos diran que es un libro para adolescentes. En mi opinión es un libro para todas las edades, salvo la infantil, evidentemente.
Lorenzo, un adolescente con problemas sociales, decide engañar a sus padres y esconderse en el sótano de su casa simulando que está pasando una semana en la nieve con sus amigos. Sin embargo, aunque él pensaba en disfrutar una semana solitaria escondido de todo y de todos, la visita inesperada de Olivia, su hermanastra, con la que hace demasiado tiempo que no se ve, les va a dar la oportunidad de ayudarse mutuamente.
Maravillosamente escrita, sin dramatismos, desnuda los problemas de ambos.
Inicio y final perfectamente enlazados. Te dejarán el corazón en un puño. Sin duda. No dejes de leerla.
Temática difícil y sensible tratada de manera magistral. Algunos diran que es un libro para adolescentes. En mi opinión es un libro para todas las edades, salvo la infantil, evidentemente.
Lorenzo, un adolescente con problemas sociales, decide engañar a sus padres y esconderse en el sótano de su casa simulando que está pasando una semana en la nieve con sus amigos. Sin embargo, aunque él pensaba en disfrutar una semana solitaria escondido de todo y de todos, la visita inesperada de Olivia, su hermanastra, con la que hace demasiado tiempo que no se ve, les va a dar la oportunidad de ayudarse mutuamente.
Maravillosamente escrita, sin dramatismos, desnuda los problemas de ambos.
Inicio y final perfectamente enlazados. Te dejarán el corazón en un puño. Sin duda. No dejes de leerla.
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